Facebook me recordó hoy que un mal momento siempre (y cuando digo siempre es SIEMPRE), es pasajero. En mi página de inicio aparecieron unas imágenes que me tomé hace un año en Zacatecas. En esa ocasión, tenía unos días de haberme quedado sin trabajo por primera vez desde que incursioné en el mundo laboral. Así que decidí pueblear aprovechando el tiempo libre. Aunque por un lado agradecía que el desempleo le había regresado mucha salud mental a mi vida, en mí predominaba la incertidumbre. Tenía muchas dudas e inquietudes del rumbo que tomaría a partir de ese momento. Recuerdo que visité la mina El Edén, la más famosa del pueblo, y a pesar de salir enamorada del sitio y orgullosa por vencer mi claustrofobia, la energía no me alcanzó para quedarme en el bar que había ahí adentro. No traía ganas y me faltaba motivación. Al día siguiente desperté en el hotel antes que mi alarma y salí a correr por las calles del centro sin rumbo (qué simbólico). Terminé mi sesi...
Tiempo de escribir. Blog de Noemí Álvarez.