Camión-sombrilla Vimos la lluvia y nos faltaba valor para salir así de la oficina. "Yo tengo una sombrilla grande", dijo Gina... Rodrigo la abrió y lo comprobamos. "Eso es una sombrilla de playa" , añadió la jefa Marycarmen. Entre carcajadas y una dosis de pena los cuatro caminamos despacito por la Plaza de la Paz, para que la protección alcanzara para todos. Aquí con el "camión-sombrilla" Apenas dimos unos pasos, pero con tremendo paragüas, chocamos con la lona del puesto de elotes, hecho que le añadió más risas. Seguimos nuestro camino y de pronto se sumó al "viaje", Pedro, un compañero de la oficina del segundo piso y también compañero reciente de fiesta, por cierto. Para entonces ya me dolía el estómago de la risa. Como pasamos de cuatro a cinco "pasajeros", l a jefa bautizó el utensilio como "camión-sombrilla", incluso cabía otro tripulante más. Recorrimos apenas unos 50 metros y dejó de ...
Tiempo de escribir. Blog de Noemí Álvarez.